Desmontando la Leyenda Negra sobre España

La conquista fue puramente militar y sangrienta

Aunque hubo enfrentamientos violentos, muchas alianzas indígenas fueron clave para el éxito de los conquistadores. En el caso de México, los tlaxcaltecas y otros pueblos ayudaron a Cortés contra los aztecas. En Perú, hubo enfrentamientos entre facciones incas rivales. En muchas regiones, la resistencia fue escasa o nula, y se produjo una rápida asimilación cultural.

España impuso una religión única por la fuerza

Hubo conversión religiosa, pero también procesos de sincretismo. Las órdenes religiosas como los franciscanos, dominicos o jesuitas aprendieron lenguas indígenas y redactaron gramáticas y diccionarios para facilitar la evangelización. Muchos cultos locales se mezclaron con las prácticas católicas, generando religiosidades propias y complejas que aún perduran.

España era una potencia oscurantista y medieval

España fue una de las primeras naciones modernas en organizar una administración global. Tenía virreinatos, audiencias, una flota comercial protegida, misiones científicas y un aparato jurídico que llegó hasta Filipinas. Fue pionera en muchas instituciones de gobierno global, muchas de las cuales inspiraron modelos posteriores en Europa.

La esclavitud fue exclusivamente española en América

La esclavitud fue una práctica común entre todas las potencias coloniales. Portugal, Inglaterra, Francia y Holanda participaron activamente en el tráfico esclavista. España, aunque también participó, impuso desde temprano restricciones legales al trato a los indígenas (algo sin equivalente en otras potencias). La esclavitud fue abolida en los territorios hispanoamericanos durante el siglo XIX, como en el resto del mundo.

El Imperio español fue una anomalía brutal y represiva

Los abusos existieron, como en todo imperio, pero el Imperio español duró más de tres siglos con relativa estabilidad y convivencia entre pueblos diversos. La Leyenda Negra oculta logros culturales, urbanísticos, lingüísticos y sociales que perduran hoy. La narrativa negra fue impulsada sobre todo por rivales geopolíticos como Inglaterra y los Países Bajos con fines propagandísticos.